lunes, 25 de mayo de 2009

La fe y las dudas. Por Miguel Valdivia

Usted probablemente las conoce: personas que se ubican en polos opuestos cuando se trata de creer. Algunos optan por una vida sin religión; y apenas la recuerdan en los momentos de transición o en grandes dificultades. Otros se unen a grupos religiosos estrictos que esperan una entrega total del creyente. Vivimos en la era de los extremos. La gente tiende a oscilar entre no ser religiosa o serlo en gran medida. O se tiene muchas dudas o mucha fe.

Cada persona tiene una serie de creencias que filtran la información acerca del mundo que la rodea y facilita su interpretación. Algunos se refieren a esta estructura en términos de cosmovisión. Estas creencias más o menos organizadas son a su vez formadas por lo que aprendimos de nuestros padres en la niñez, en la escuela y a través de nuestra relación con la sociedad donde vivimos.

La religión y las creencias religiosas son una parte integral de nuestra cosmovisión. Otros factores importantes son nuestra nacionalidad, la conciencia social, nuestra edad, nuestra educación, etc. El momento en que vivimos y la historia que se va desarrollando a nuestro alrededor también impactan sobre lo que creemos y sentimos.

El caso es que las personas coetáneas y que viven en un ambiente social similar, desarrollan actitudes parecidas. Y aunque inicialmente no parezca así, las dudas y la fe que parecen representar polos opuestos podrían estar bastante relacionadas.

En un libro reciente, Timothy Keller, el pastor de una iglesia de 5.000 miembros en Manhattan, defiende que tanto creer como dudar requieren creer.* En otras palabras, cuando una persona tiene una duda, se debe a que ha decidido “creer” en otra cosa. Por ejemplo, la persona que razona que Dios no puede existir porque si existiera no habría maldad, ha escogido creer que Dios está obligado a eliminar toda maldad. Esto es también una creencia que requiere aceptación.

Cuando una persona dice que no cree en el cristianismo porque cada persona debe determinar lo que es bueno y lo que es malo por sí misma, está expresando que cree que la persona tiene el derecho a determinar tal cosa. Esto requiere un grado de fe, porque no se puede probar. De la misma manera que las creencias cristianas pueden despertar dudas, las dudas a su vez responden a otras creencias que también debieran despertar dudas.

En un largo diálogo con un joven científico sobre la creación y la evolución, no llegábamos a ningún acuerdo hasta que comenté casualmente: “Si la ciencia se fundamenta en el deseo de observar el universo para intentar entenderlo, ¨acaso la fe cristiana no merece escrutinio también?” El joven, que ya ha aparecido en varios programas de la televisión norteamericana como experto en Biología, se rascó la cabeza y dijo: “Tiene razón. Me siento con la responsabilidad de estudiar la Biblia y las creencias cristianas antes de rechazarlas”.

Cuando una persona ataca el cristianismo, debiera analizar cuáles son las creencias que la llevan a esto y preguntarse qué razones tiene para creer de tal manera. Para ser justos, los que no creen debieran “dudar de sus dudas”. Por otra parte, el creyente tiene que enfrentar sus propias objeciones o dudas con la misma sinceridad. La duda no es pecado, y cuando estudiamos las Escrituras lo hacemos con la convicción de que es posible conocer a Dios. Bien dijo Jesús: “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí” (S. Juan 5:39).

Fuente: El Centinela
Autor: Miguel Valdivia. Director y editor de El Centinela.
Referencias: *Timothy Keller, The Reason for God [La razón a favor de Dios], (Nueva York: Dutton, 2008).

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domingo, 10 de mayo de 2009

Ovnis ¿Estamos solos en el universo? Por Marvin Moore

¿Son los ovnis extraterrestres de una galaxia lejana que tratan de invadir el planeta Tierra? El autor analiza lo que la Biblia dice acerca de este importante tema.

El 14 de junio de 1947, Mac Brazel encontró un área grande de restos de tiras de goma, papel de estaño y palos dispersos, que brillaban en la parte norte del rancho de Roswell, Nuevo México, donde él trabajaba como capataz. Informó al gobierno, y un equipo del ejército hizo la investigación. Finalmente, el gobierno emitió la declaración pública de que un globo meteorológico había caído en el predio de aquel rancho. Pero hasta el día de hoy, muchos aficionados a los ovnis insisten en que lo que permanece en esa estancia en realidad es el resultado de la caída de una nave espacial extraterrestre, con organismos extraños; pruebas todas que, según afirman, el gobierno ha estado tapando.

La mayoría de los informes de avistamientos y secuestros producidos por ovnis en los últimos sesenta años desde 1947 han sido protagonizados por individuos aislados, y los escépticos se han burlado. Sin embargo, el 13 de marzo de 1997 sucedió algo mucho más público en el cielo de Nevada, Arizona, y en el Estado mexicano de Sonora: Miles de personas testificaron haber visto luces en el cielo que viajaron hacia el sureste en un radio de unos 500 kilómetros, cubriendo aun la ciudad de Phoenix. Se informó que las luces tenían la forma de un gran triángulo. Entre los que afirman haber visto este fenómeno se encuentra el entonces gobernador de Arizona, Fife Symington.

Muchas personas tomaron fotografías del hecho, lo que hace difícil afirmar que las imágenes fueron el resultado de la manipulación digital de fotografías hechas con un propósito sensacionalista. Los análisis de las fotografías sugieren que si realmente fue un ovni, ¡se trató de uno que medía dos millas de largo! La Fuerza Aérea de los Estados Unidos informó que las luces que pasaron por Phoenix eran bengalas que se lanzaron desde aviones que estaban en una misión de entrenamiento. Los fanáticos de estos fenómenos se apresuraron a afirmar que el evento confirma que los extraterrestres están visitando nuestro planeta.

Aproximadamente en ese mismo tiempo apareció el cometa Hale-Bopp en el cielo, y algunas personas alegaron que un ovni lo fue siguiendo. Marshall Applewhite, líder de un culto llamado Heaven's Gate (Puerta del cielo), convenció a 39 miembros de su grupo a suicidarse en masa entre el 24 y 26 de marzo de 1997, con la creencia errónea de que después de la muerte serían despojados de sus cuerpos terrestres, ¡para unirse a los “extraterrestres” en un ovni!

Una cuestión fundamental es determinar si existe vida inteligente fuera de nuestro planeta. Para los amantes de los ovnis, la respuesta es sí. Si esto es correcto, y si los ovnis son reales y están manejados por extraterrestres, entonces la siguiente pregunta candente es si estos seres son hostiles o amistosos.

¿Qué dice la Biblia?

Afortunadamente, la Biblia nos proporciona una muy positiva respuesta a la pregunta de si existe vida inteligente en otros lugares del universo: Efectivamente sí existe. El más importante ser inteligente fuera de nuestro planeta es el mismo Dios, que vive en un lugar que llamamos cielo. Y, según la Biblia, una raza de seres llamados ángeles habita en el cielo con él. La Biblia también nos informa que un conflicto estalló en el cielo hace miles de años, cuando algunos de los ángeles se rebelaron contra Dios y su gobierno, y los rebeldes se vieron obligados a vivir en nuestro mundo.

Apocalipsis cuenta la historia: “Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles; pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él” (Apocalipsis 12:7-9).

La siguiente pregunta: ¿son los extraterrestres hostiles o amistosos? Según lo que acabamos de leer en Apocalipsis, la respuesta depende a qué seres nos estamos refiriendo. Todo el mundo da por supuesto que Dios y los ángeles fieles son amistosos, a la vez que es seguro decir que Satanás y los demonios son hostiles a nuestros intereses.

La cuestión de si los ovnis son reales o no depende en parte de la clase de pruebas que usamos para afirmarlo o negarlo. Si demandamos evidencias aportadas por personas que están calificadas para hacer una investigación científica, sin prejuicios (en caso de que esto sea posible), entonces la respuesta es no. Hasta la fecha ninguna de estas pruebas ha aparecido en fuentes de información confiable, como libros de renombre, o ciertas revistas o periódicos científicos. Sin embargo, si quedamos satisfechos con aceptar el testimonio de personas maduras que en su sano juicio afirman haber visto de cerca objetos voladores no identificados, entonces quizá la respuesta es sí.

¿Qué si realmente es cierto?

Si algún día un informe científico y serio concluyera que los extraterrestres son reales, entonces nos encontraríamos ante una pregunta muy importante: ¿Quién opera estos ovnis? Quienes hacen ciencia ficción dirían que son operados por extraterrestres que proceden de una lejana galaxia, que han evolucionado hasta alcanzar un desarrollo mucho mayor que el de los seres humanos. Y, según el sentido común, estos invasores alienígenas serían probablemente amistosos; a pesar del hecho de que la ciencia ficción, a fin de alimentar la imaginación conflictiva, los retrata generalmente como muy hostiles.

Sin embargo, en caso de que una invasión extraterrestre fuera documentada de tal modo que satisficiera aun al más escéptico de los escépticos, la Biblia sería la única fuente segura de información. No el sentido común ni la imaginación ni aun la propia ciencia. El mejor lugar para informarnos acerca de quiénes son los extraterrestres y si son hostiles o amistosos, es la Biblia. Y aquí está lo que la Sagrada Escritura dice de este tema.

En primer lugar, algún día habrá una invasión del planeta Tierra por extraterrestres. Antes de su partida de esta Tierra, Jesús prometió regresar con sus ángeles (ver S. Mateo 24:30, 31; S. Juan 14:1-3). Y la respuesta a la pregunta de si Jesús y sus ángeles serán hostiles o amistosos depende de quién eres y de qué lado estés en ese momento. La Biblia dice que el pueblo de Dios se regocijará, pero que los que han rechazado a Dios se aterrorizarán, y pedirán a las rocas y a las montañas que los cubra del rostro del que viene a rescatar a su pueblo (véase S. Lucas 21:28, Apocalipsis 6:15-17).

La Biblia también dice que cuando Jesús regrese, el mundo entero será sacudido por un poderoso terremoto (véase Apocalipsis 6:12-17; 16:17-20), y los ángeles levantarán a los hijos de Dios hasta el cielo para encontrarse con Jesús en el aire (ver S. Mateo 24:31; 1 Tesalonicenses 4:16, 17).

La venida de Cristo y los ovnis

Esta descripción de la segunda venida de Cristo es más pertinente, en relación con el tema de los ovnis, de lo que puede ser evidente a primera vista. Porque si alguna vez se documentara fehacientemente la llegada de ovnis a nuestro mundo, entonces estos objetos voladores serían manejados por extraterrestres que serían fieles a Dios o a Satanás. Y puesto que Dios ya ha registrado detalladamente el modo en que él y sus ángeles vendrán a la Tierra, debemos rechazar cualquier invasión extraterrestre que no coincida con la descripción dada por la Biblia.

De hecho, Jesús mismo nos advirtió al respecto. Y nos dio información con el propósito de evaluar cualquier futura invasión extraterrestre de nuestro planeta que no sea la suya: “Porque se levantarán falsos Cristos, y falsos profetas, y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si fuere posible, aun a los escogidos... Así que, si os dijeren: Mirad, está en el desierto, no salgáis; o mirad, está en los aposentos, no lo creáis. Porque como el relámpago que sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre” (S. Mateo 24:24, 26, 27).

Si los ovnis aparecen alguna vez en el cielo de nuestro planeta, y su realidad es efectivamente confirmada por las autoridades confiables y competentes, quienes creemos en la Biblia debemos negarnos a aceptarlos como amistosos. Por el contrario, debemos ser muy precavidos, porque no provienen de una galaxia distante, sino que son demonios que han estado habitando el planeta Tierra y han estado atormentando a los seres humanos desde que fueron arrojados del cielo, hace miles de años, como dice el Apocalipsis.

El director de la película Día de la Independencia —que trataba de una invasión extraterrestre— puso en boca del personaje que hacía de presidente de los Estados Unidos las siguientes palabras: “La pregunta de si estamos o no solos en el universo ha sido respondida”.

Afortunadamente, para los que creemos en la Biblia, la pregunta fue respondida hace miles de años. La verdadera segunda venida de Cristo destruirá la Tierra completa y literalmente. Apocalipsis afirma que en ocasión de la segunda venida del Señor habrá un gran terremoto (véase Apocalipsis 6:12; 16:18-20). Así, nadie lo confundirá o lo falsificará. Por lo tanto, si los ovnis aparecen realmente alguna vez en nuestro planeta, podemos estar seguros de que son de origen demoníaco. Por otra parte, si hay una invasión extraterrestre en la que los extraterrestres simulan ser Cristo y sus ángeles, entonces será una señal de que Jesús está muy cerca de volver a rescatar a sus hijos.

Jesús tomó en serio esta cuestión. Justo en el centro de su advertencia sobre los falsos cristos y falsos profetas, nos dijo: “Ya os lo he dicho antes” (S. Mateo 24:25).

¡Él realmente quiere que comprendamos esto!


Fuente: El Centinela
Autor: Marvin Moore, escritor adventista, editor de la revista "Signs of the Times". Autor de mas de 30 libros, de los cuales han sido traducidos al español, "La Gran Catastrofe', "Anticristo y Nuevo Orden Mundial", "El desafió del Tiempo Final", "Evangelio & legalismo" y "¿Será que podría pasar?". Imparte seminarios a través del ministerio "Hope for the End Time" Seminars.

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