miércoles, 21 de noviembre de 2012

Día de Acción de Gracias / Thanksgiving day


El Día de Acción de Gracias es una celebración tradicional de norteamérica. En los Estados Unidos se celebra el cuarto jueves del mes de noviembre, aunque originalmente se hacía el último jueves. En Canadá, por su parte, se celebra el segundo lunes de octubre. Constituye regularmente un gran festejo familiar, en el cual las personas se reúnen con sus parientes en torno a la mesa, realizando celebraciones tradicionales... ► Continuar leyendo en OJO ADVENTISTA


+ Leer más...

lunes, 22 de octubre de 2012

Halloween, fiesta satánica. Por Menesez Filipov.

Halloween (/jalowín/) es una fiesta proveniente de la cultura celta que se celebra en la noche del día 31 de octubre.

El hecho de que esta fiesta haya llegado hasta nuestros días es, en cierta medida, gracias al enorme despliegue comercial y la publicidad engendrada en el cine comercial norteamericano. Todos tenemos la típica imagen de niños norteamericanos correteando por las oscuras calles disfrazados de duendes, fantasmas y demonios, pidiendo dulces y golosinas a los habitantes de ese oscuro y tranquilo barrio de casas. Los niños se disfrazan para la ocasión y pasean por las calles pidiendo dulces de puerta en puerta. Después de llamar a la puerta los niños pronuncian la frase "Truco o trato" o "Dulce o truco" (proveniente de la expresión inglesa trick or treat). Si los adultos les dan caramelos, dinero o cualquier otro tipo de recompensa, se interpreta que han aceptado el trato. Si por el contrario se niegan, los chicos les gastarán una pequeña broma, siendo la más común arrojar huevos o espuma de afeitar contra la puerta. Esta imagen en esos países no está muy alejada de la realidad y más o menos la fiesta discurre así. Pero en sus orígenes, la fiesta de Halloween no era así, ni siquiera era ese su propósito... Continuar leyendo en OJO ADVENTISTA


+ Leer más...

jueves, 8 de marzo de 2012

Más poderoso que las olas. Por Dick Rentfro

Seguir a Cristo es una aventura emocionante
“Jehová en las alturas es más poderoso que el estruendo de las muchas aguas, más que las recias olas del mar” (Sal. 93:4).

“Creo que nadie debería estar allí en un oleaje que tiene la altura de un edificio de ocho pisos y que rompe cada veinte segundos con la fuerza de una locomotora […]. El surf de mar abierto es muy arriesgado, pero implica sentir la emoción de domar la ola asesina”.

Esta declaración de Terry McCarthy, un surfista de Waikiki, Hawái, me recuerda mi larga y feliz carrera de evangelista. Junto con mi esposa llevamos a cabo más de cien campañas y presencié muchos bautismos de personas que prometieron embarcarse en la emocionante aventura de “domar la ola asesina” del pecado y seguir a Cristo.

Un compromiso con Cristo implica la amenaza constante del peligro, pero los creyentes abrazan el desafío, porque saben que jamás están más allá del cuidado de su amante Padre celestial. Las olas no abruman la vida del surfista.

Pete Cabrinha, un experimentado surfista de 42 años de edad, había domado muchas olas asesinas, pero ese día mientras descendía por el gigantesco oleaje que rompía sobre el arrecife Jaws, en Maui, descubrió que no podía llegar a la base de la ola que según sus palabras “crecía frente a mí y detrás de mí, y sentía que no avanzaba”. Esa mañana mientras Cabrinha lograba velocidad en el descenso de la ola, la línea de rompiente lo acorraló desde atrás. Los que observaban desde la playa gritaron: “¡Vamos, Pete, vamos!” mientras él se apresuraba a ponerse por delante de la rompiente.



Cuando alcanzó aguas calmas, otro surfista le dijo que era la ola más grande que había visto alguna vez y al observar las fotografías del evento, descubrieron que medía 21 metros. He sabido que los surfistas tienen el objetivo de hallar y dominar una ola de 30 metros.


Vivir en el límite

En 2001, Billabong, una compañía australiana de surf, creó la Odisea Billabong, un fondo para ayudar a que los surfistas viajen a cualquier lugar del mundo en busca de la ola de 30 metros. Billabong otorgará 250 mil dólares al primero que lo consiga. “Generada por una tormenta mar adentro –dice McCarthy–, a más de 65 kilómetros por hora y con una rompiente que podría oírse a varios kilómetros de la playa, una ola de 30 metros probablemente mataría a cualquiera que se cayera en el intento de cabalgar sobre ella”.

Me sorprende que haya quienes se pongan un objetivo tan peligroso solo por gusto. ¿En qué se parece esto a la vida cristiana? No animo a los hijos de Dios a que se dediquen a deportes peligrosos, pero puedo entender la atracción de los pasatiempos intrépidos. George Bush (p), ex presidente de los Estados Unidos, celebró su octogésimo quinto cumpleaños saltando en paracaídas.

Mi madre no me permitió tomar las clases de pilotaje que yo tanto quería. Más adelante, mi esposa Rose me dejó pedir prestado los setenta dólares que necesitaba para esas clases. Mi primer pilotaje fue lo más cerca que estuve de “vivir al límite”.

A los 63 años, aprendí a esquiar comenzando por pequeñas colinas y llegando a pendientes más pronunciadas. Cada caída me enseñó a esquiar mejor. Después de diez años, el médico me sugirió que abandonara el esquí. Esto puso fin a mi época de aventuras. Es emocionante descender de la montaña y sentir la nieve y el viento en el rostro.

La vida cristiana también está llena de aventuras y de la atracción de experimentar más a Dios. Es emocionante y entusiasma comprometerse con Cristo, en una renovación diaria del nuevo nacimiento y una vida de santificación. Todos pasamos por aventuras de fe donde pensamos que estamos viviendo al límite y sentimos la emoción de saber que Jesús está allí para ayudarnos y cuidarnos.


Emociones y caídas

He hallado que la vida cristiana, que se debate entre el cielo y el infierno, es la mayor aventura posible. Pero jamás pensé en fracasar, porque con Jesús siempre podemos ser vencedores. Aún después de 25 años de estar retirado del evangelismo escucho a personas que fueron parte de esa aventura.

La vida cristiana también implica caídas. Como joven pasé por un período de insensatez y, más tarde, como joven pastor mi pasado a veces me perturbaba. Llegué hasta el extremo de pedirle a un colega que me rebautizara secretamente en un lago. Al mirar hacia atrás, me pregunto si hice lo correcto, porque estoy seguro de que aún tendré algunas caídas antes de llegar al cielo. A todos nos sucede lo mismo.

Cuando vivimos al límite para Cristo, el mundo desafía nuestra fe con su versión de la ola gigante.

Podemos anticipar un oleaje sin precedentes a medida que nos acercamos a la ribera de gloria. Surgirán situaciones que desafiarán nuestro compromiso, pero con Jesús y la obra de su Santo Espíritu, dominaremos las olas.

¿El fin del tiempo de prueba? ¡Qué venga! ¿Por qué? Porque entonces estaremos seguros en Jesús. El fin del tiempo de prueba no tiene por objetivo asustar a los niños traviesos. Sí, el pueblo de Dios será probado, pero también seremos trasladados y reunidos con nuestros amados. Dios dice: “Serán para mí especial Tesoro […]. Los perdonaré, como un hombre perdona al hijo que lo sirve” (Mal. 3:17).

¡Bendito sea ese día!





Fuente: Adventist World
Autor: Dick Rentfro era un pastor jubilado que vivía en Thorp, Washington, EEUU hasta su descanso en el Señor, el día 21 de octubre de 2011.

• Versión corregida y re formateada, de la originalmente publicada por Ojo Adventista, el 24 de npviembre de 2009.




+ Leer más...

martes, 7 de febrero de 2012

El extraterrestre. Por Miguel A. Valdivia

Desde mi niñez me han interesado dos temas de lectura aparentemente distintos y desconectados entre sí: la religión cristiana y la ciencia ficción. El primero lo descubrí gracias a la comunidad religiosa a la que asistía mi abuela. El segundo interés lo fui desarrollando a medida que devoraba la colección de libros de la biblioteca de mi pueblo natal.

Quedé fascinado con los libros de Julio Verne, el visionario francés que escribió del submarino, de islas perdidas y el viaje a la luna, incluyendo una descripción de los efectos de la falta de gravedad que fue ratificada unos cien años después con el viaje del Apolo en 1969. Luego leí varios libros de Isaac Asimov, prolífico autor que además de escribir más de 70 libros de ciencia ficción, escribió un extenso comentario de la Biblia.

He llegado a la conclusión de que los universos de la ciencia ficción y la fe cristiana convergen en varios aspectos. La trilogía de La guerra de las galaxias en la década de los 1970 incluyó varios temas interesantes del conflicto milenario entre el bien y el mal; entre estos la idea de un campeón, Obi Kenobi, que se sacrifica para salvar a la humanidad.

Uno de los aspectos más fascinantes de la ciencia ficción es la relación entre los seres humanos y los seres extraterrestres. Según el autor, los extraterrestres a veces tienen la intención de destruirnos (por ejemplo, H.G. Wells en La guerra de los mundos), o simplemente desean estudiarnos o explotarnos como especie (The Matrix [La matriz] y Dark City son dos películas con ese tema).

Otro interés relacionado con la ciencia ficción es la afición por los platillos voladores. La idea de que los extraterrestres nos visitan de cuando en cuando es una idea albergada por millones de personas. En The Chariot of the Gods (La carroza de los dioses), se propuso que fueron los extraterrestres quienes dieron un impulso a la evolución de los seres humanos introduciendo cambios en los genes de los monos.

Cuando se analizan estos temas desde una perspectiva bíblica llegamos a varias conclusiones. Según la Biblia, vivimos rodeados de extraterrestres (los ángeles), y fuimos objeto de una visita de un extraterrestre históricamente comprobada en lo que conocemos como el año 4 a.C. Pensándolo bien, la Biblia es el producto de una Mente no terrestre. Y las especulaciones humanas encuentran en sus páginas un cumplimiento extraordinario.

La ciencia ficción es la conceptualización humana de lo que podría ser; la Biblia describe la realidad. Hace dos mil años un Ser extraño y superior a todo invento humano vino a esta Tierra. Los seres humanos lo vieron, lo escucharon, lo palparon y lo olieron. También lo rechazaron, lo acusaron, lo insultaron, lo escupieron y lo crucificaron. Su llegada fue predicha muchos siglos antes y su divinidad fue confirmada por numerosos milagros ante miles de personas.

Uno de los pasajes más hermosos de toda la Biblia lo expresa en términos impactantes: “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz” (Isaías 9:6). Con la llegada de Jesús, toda la humanidad tuvo la extraordinaria oportunidad de reencontrarse, no con un mero visitante de las estrellas, sino con su Creador.






Fuente: El Centinela
Autor: Miguel Valdivia. Director y editor de El Centinela.
Autor del libro "Mensajes de un Amigo". Y junto a su esposa Olga, del libro de Lecturas Devocionales Para Adultos "Herederos de Promesas".




- Originalmente publicado el 26 de junio de 2009






+ Leer más...

domingo, 15 de enero de 2012

Divino Amor, la demora del advenimiento y la Misión de la Iglesia. Por Mark A. Finley

Introducción

Un caluroso día de verano, un niño de trece años estaba sentado en un barril de madera en los frescos pasillos de una vieja tienda de Vermont. A las dos en punto, el viejo reloj del abuelo colgado en la pared, empezó a repicar. Pero el mecanismo se apiñó y el reloj continuó golpeando. En su decimonoveno golpe el joven se levantó de repente y corriendo hacia la calle empezó a gritar, "¡Nunca había sido tan tarde!" "¡Nunca había sido tan tarde ni para los estudiantes de las profecía bíblica!"

En su segunda epístola, el apóstol Pedro insta a la preparación del corazón para la venida de Cristo (2Ped. 3:11-3). El apóstol hace énfasis en tres puntos significativos: (1) como vives afecta lo que crees y lo que crees afecta como vives, (2) la demora del advenimiento no ha ocurrido debido alguna falla por parte de Dios y (3) es posible apresurar el Advenimiento.


El estilo de vida determina la teología

Pedro hace referencia a su primer punto significativo en los versículos 3-4, "Sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias. Y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento?" En efecto, ellos están diciendo, "No va ha venir". Esto se revela en la ultima parte de su pregunta: "Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación."

La pregunta, en sus mentes, ya ha sido contestada. No están esperando una respuesta. Son burladores y así la pregunta no está fuera de la deshonestidad, de la genuina sinceridad.

Pero note que estos "burladores" caminan "según sus propias concupiscencias." Los hombres y mujeres persiguiendo sus propios deseos, hacen la pregunta, "¿Dónde está la promesa de su advenimiento?". Su estilo de vida determina su teología. Su moralidad (o falta de ella) dicta lo que creen y niegan la inminencia del Advenimiento.

Este pasaje introduce el hecho de que nuestra forma de actuar comúnmente determina lo que creemos, mientras es verdad que lo que nosotros creemos sinceramente determina como actuamos. De esta forma si yo estoy fascinado por las concupiscencias que me cautivan en televisión, si los deportes dominan mi pensar, si el materialismo me agarra, o si mi principal objetivo en la vida es hacer dinero, estos intereses afectaran mi actitud hacia la pronta venida de Cristo.

Además de esto, claro, lo que creo acerca de la segunda venida debe tener un impacto en mi estilo de vida. Hay una sutil forma de pensar acerca del Advenimiento que también puede despertar nuestro ardor y entusiasmo en el regreso de Jesús tanto como en un estilo de vida mundanal. El razonamiento viene así: No hace ninguna diferencia si Cristo viene en 25, 50, 100 o 1000 años. ESA NO ES TU PREOCUPACIÓN. TU PREOCUPACIÓN ES SIMPLEMENTE ESTAR LISTO.

Puede sonar bien en la superficie, pero sus efectos pueden despertar la moral de la iglesia. Es como decirle a un estudiante de medicina, "Sus tablas de estado llegaran este año o el próximo o hasta el otro. Tal vez puedan llegar en cinco años; sólo alístate". ¡Hay algo acerca del reordenamiento de prioridades cuando ves la inminencia de un evento! El hecho del evento condiciona tu comportamiento.

Un sentido del Advenimiento cercano siempre ha espoleado a la iglesia. Un sentido de que Cristo viene pronto siempre ha guiado a la oración, al compromiso y al reavivamiento. La iglesia siente una urgencia y canaliza su tiempo, energía y fondos a la actividad evangelística y misionera. Hay algo acerca de la inminencia. Hay algo acerca de la pronta venida del Salvador.

Note quien dice, "¿Dónde esta la promesa de su advenimiento?", burladores. Note quien dice, "Mi Señor se tarda en venir" (Mat. 24:48); El siervo malvado, no el siervo inteligente. Así que aquellos entre nosotros quienes dicen ese tiempo no hace diferencia, y el Señor esta demorando su venida, y el no vendrá en 50 o 100 años, no están clasificados con el siervo inteligente en las Escrituras.


¿Por qué demora?

Pedro discute en términos claros la demora del Advenimiento. El dice, "Mas, oh amados, no ignoréis esto: que un día delante del Señor es como mil años y mil años como un día." La evaluación del tiempo para Dios es diferente a la mía.

Pedro esta diciendo que Dios tiene una tabla del tiempo divina. Si usted estudia las profecías relacionadas con la primera venida del Señor, verán que Jesús vino a tiempo. "Venido el cumplimiento del tiempo, Dios envió a su Hijo" (Gal. 4:4); "a su tiempo murió por los impíos" (Rom. 5:6)

Cuando Jesús es bautizado en cumplimiento de Daniel 9, Él dice "El tiempo es cumplido" (Mar. 1:14-15). Cuando el reloj profético marcó la hora, el Mesías vino la primera vez. Pedro dice en efecto, que Dios tiene una tabla de tiempo profética, y cuando el reloj marque la hora profética, Cristo vendrá.

Ahora Pedro explica la aparente demora del Advenimiento, "El Señor no tarda su promesa, como algunos la tienen por tardanza; si no que es paciente con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos precedan al arrepentimiento" (ver. 9). Pedro explica que para Dios, una demora, es una naturaleza de largo sufrimiento.

Me gustaría que usted considerara la demora del advenimiento a la luz de un Dios sufriendo y a la luz de un amor sufriendo. Cuando Jesús estaba colgado en el Calvario, reveló que Dios prefería sufrir que dejar que tu y yo nos perdiéramos. La cruz es una revelación a nuestros apagados sentidos, de tal forma que Dios preferiría sufrir la agonía del pecado y sufrir la segunda muerte que dejar que nos perdiéramos. La demora del Advenimiento revela un Dios que sufre en amor.

Seguido pensamos en la demora del Advenimiento en términos de nuestro sufrimiento en un mundo de perversos, un mundo donde hay Bosnios y Gerzegovinos y Somalíes; en un mundo donde hay hambruna, angustia y niños explotados. Pero la demora del Advenimiento revela que Dios prefiere sufrir que permitir que una persona se pierda.

Piense en ello de esta forma: Nos vemos unos a otros y seguido decimos, "¿Cómo va tu día?" "Mi día esta bien". ¿Cómo estuvo el día de Dios hoy? Dios fue a 10,000 funerales hoy y aun más, irá a otros 10,000 mañana. Y él ama a cada uno de aquella gente más que de lo que tú puedas posiblemente amar a tu hijo o hija. El corazón de amor de Dios sufre con cada persona postrada en un hospital muriendo de cáncer. En una forma que nunca podré entender, Jesús en su ministerio del Santuario, carga con nuestras aflicciones.

Dios lleva la pena de cada mujer cuyo esposo se ha ido con otra. Dios lleva la agonía de cada mujer quien ha sido golpeada hasta que sus ojos se amorataron y su nariz sangró, porque su marido es un alcohólico y la golpea. Dios lleva el dolor de cada pareja cuyo hijo nació muerto. Dios lleva el dolor, en una forma que yo no puedo entender, de cada joven que choca violentamente con el vidrio de su auto destrozado. Y el Advenimiento se demora, porque Él prefiere seguir sufriendo que cortar la salvación de alguno que pudiera ser salvo. La demora del Advenimiento nos afecta, pero piense como afecta a Dios.

En el gran Día de Gracias cuando Dios venga, se sentará a la mesa, y verá tu lugar y mi lugar. Y si esa silla está vacía, habrá un vacío en su corazón que es siempre indescriptible. La demora del Advenimiento no es porque Dios aumentó el tiempo, es porque está alcanzando a la gente. La demora del Advenimiento es porque Jesús en su amor prefiere sufrir como el intercesor de la humanidad y experimentar el dolor corporal que el pecado cósmico y universal trae; que tener que perder gente que pudo haber sido salvada.

Cuando el periodo de prueba termine, no terminará porque la misericordia de Dios haya finalizado. El fin del periodo de prueba es más bien la declaración por parte de Dios que si la puerta del Santuario permaneciera abierta, no habría ninguna diferencia porque cada persona esta completamente lista para la cosecha. El que es justo, sea justo todavía; el que es injusto, sea injusto todavía (Apoc. 22:11). La puerta del periodo de prueba no se cerrará hasta que todos hayan hecho su última, irrevocable y completa decisión. El advenimiento se demora no porque las promesas de Dios hayan fallado, sino porque su amor es implacable, su misericordia alcanza para salvar a los hombres y mujeres.


Apresurando el Advenimiento

El tercer punto de Pedro es la posibilidad de apresura el día del Advenimiento de nuestro Señor. Note lo que dice, desde que vivimos en el borde del Advenimiento, y viene rápidamente, como un ladrón, viendo que toda la naturaleza será disuelta, ¿Qué tipo de personas debemos ser? Pedro dice: "Lo que crees impacta tu vida. Esperando y apresurandoos".

¿Es posible apresurar el advenimiento? Es posible, pero viene un punto en la historia cuando los eventos cataclísmicos se despliegan. Así que, cada semilla llega a la cosecha y el carácter se desarrolla rápidamente en una hora de crisis. Por tanto, aunque la iglesia pueda apresurar el advenimiento, la iglesia no puede demorarlo. Dios es soberano. Y últimamente Dios toma el control. Hay un punto en los días de Noé cuando el carácter fue completamente desarrollado. Aquellos quienes estuvieron del lado de Dios permanecieron así; y quienes no lo estuvieron, permanecieron en la oposición. Y la puerta del arca que había estado abierta fue cerrada. Esa acción no indicó un cese de la misericordia de Dios sino que cada semilla había sido cosechada. Cada ser humano ha hecho su decisión irrevocable y final.

¿Qué puede hacer la iglesia para apresura la venida de Dios? Las Escrituras muestran tres cosas.

Oración

En la oración del Señor somos instruidos para orar "Venga tu reino" (Luc. 11:2). ¿Estas orando de rodillas todos los días para que venga el reino de Jesús? El libro de Apocalipsis termina con la oración de Juan "Ven (rápidamente), Señor Jesús" (Apoc. 22:20). ¿Por qué orar por un rápido regreso de nuestro Señor? Eso por lo cual oras, más deseas. Eso por lo cual oras, (bajo el Espíritu Santo) crea en ti un deseo de cumplimiento. Mientras estamos de rodillas abriendo nuestros corazones ante Dios , se desarrolla una reorientación de nuestras prioridades, y somos alzados de la niebla de este mundo.

Arrepentimiento

Ahora, encontramos el llamado de arrepentimiento en los versículos 9,11. El Señor desea que "todos procedan al arrepentimiento" y vivan vidas devotas. El arrepentimiento es un cambio de actitud acerca de mi condición personal ante Dios. El llamado del fin del tiempo a la santidad en un llamado del final del tiempo para el arrepentimiento que me trae ante el Señor y dice "Dios, sin ti no soy nada". "Dios, sin ti voy a ser llenado de egoísmo. Sin ti seré llenado de crítica, chisme, enojo, amargura y placer. Dentro de mi hay semillas que están retrasando el advenimiento. Busco tu perdón y un cambio de vida porque yo he, tal vez inadvertidamente, perpetuando tu sufrimiento".

Prioridades re ordenadas

Pedro dice, reordena tus prioridades para que puedas salir de un mundo perdido e ir con Jesucristo, ("apresurandoos para la venida de Dios"). El mismo Maestro dice, "Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, por testimonio a todos los gentiles: entonces vendrá el fin." (Mat. 24:14)

Los eventos en tiempos recientes de Europa del Este no son meramente eventos fortuitos en la historia secular, sino son parte de un plan divino que indica que este es el tiempo de la iglesia para establecerse en la complacencia de Laodicea.

En una forma maravillosa Dios ha abierto puertas en el mundo. Y el abrirá puertas en tu vida. ¿Hay alguien por quien estés orando? ¿Hay alguien en tu comunidad que te preocupa su alma? Necesito estar relacionado con ganar almas, no sólo por el alma de otras personas, sino por la mía.

Sin un involucramiento, el crecimiento de mi propio espíritu está atrofiado. Sin esto, mi propia vida espiritual esta desbaratada. Sin eso, la vida se vuelve egoísta.

Dios te esta guiando a tí y a mí a una santidad del fin del tiempo. Nos está guiando a una profunda oración, a un profundo arrepentimiento y profunda preocupación por las almas y a reordenar nuestras prioridades.






Autor: Mark Finley. Pastor, evangelista, escritor, Director Mundial de Evangelismo y Vicepresidente de la Conferencia General de la Iglesia Adventista del 7mo. Día.






+ Leer más...