Sección 1 / Exhortación a Abandonar las Ciudades
Los peligros de la ciudad
"Pocos comprenden la importancia que tiene el rehuir, hasta donde sea posible, de todas las compañías que no favorecen la vida religiosa, Al elegir su ambiente, pocos son los que dan la primera consideración a la prosperidad espiritual.
"Los padres acuden con sus familias a las ciudades, por que se imaginan que allí es más fácil ganarse la vida que en el campo. Los hijos, no teniendo qué hacer cuando no están en la escuela, se educan en la calle. De las malas compañías adquieren hábitos de vicio y disipación. Los padres ven todo esto, pero la corrección de su error requeriría un sacrificio y permanecen donde están, hasta que Satanás obtiene completo dominio de sus hijos. Mejor es sacrificar cualesquiera consideraciones mundanales, o aún todas ellas, antes que poner en peligro las almas preciosas confiadas a vuestro cuidado. Serán asaltadas por tentaciones, y se les debe enseñar a arrostrarlas; pero es vuestro deber suprimir toda influencia, romper todo hábito, cortar todo vínculo que os impidan realizar la entrega más libre, abierta y cordial de vosotros mismos y vuestras familias a Dios.
"En vez de la ciudad atestada, buscad algún lugar apartado, donde vuestros hijos estén, hasta donde se pueda, protegidos de la tentación, y allí educadlos para ser útiles. El Profeta Ezequiel enumera así las causas que condujeron al pecado y la destrucción de Sodoma: Soberbia, saciedad de pan, y abundancia de ociosidad tu vieron ella y sus hijas; y no fortaleció la mano del afligido y del menesteroso' (Eze. 16:49). Todos los que quieran escapar a la suerte de Sodoma, deben rehuir la conducta que trajo los juicios de Dios sobre aquella ciudad perversa" (Joyas de los Testimonios, tomo 2, pág. 74; 1882)
La vida en las ciudades no cumple el propósito de Dios
"En el mundo entero, las ciudades se vuelven semilleros del vicio. Por doquiera se ve y se oye el mal. En todas partes se encuentran incentivos a la sensualidad y a la disipación. La marea de la corrupción y del crimen sube de continuo. Cada día se registran actos de violencia: robos, asesinatos, suicidios y crímenes indecibles.
'La vida en las ciudades es falsa y artificial. La intensa pasión por el dinero, el torbellino y el afán de los placeres, la fiebre de ostentación, el lujo y la prodigalidad son otras tantas fuerzas que impiden a la mayoría de la humanidad que cumpla el verdadero fin de la vida. Abren la puerta a una infinidad de males y ejercen sobre la juventud un poder casi irresistible.
"Una de las tentaciones más sutiles y peligrosas que asaltan a los niños y a los jóvenes en las ciudades es el afán de placeres. Muchos son los días de fiesta; los juegos y las carreras de caballos arrastran a miles, y el torbellino de las excitaciones y del placer los distraen de los austeros deberes de la vida. El dinero que debiera ahorrarse para mejores fines se desperdicia en diversiones.
"Debido a la actuación de compañías monopolizadoras y a los resultados de las confederaciones obreras y las huelgas, las condiciones de la vida en las ciudades se hacen cada vez más difíciles. Graves disturbios nos aguardan, y muchas familias se verán en la necesidad de abandonar la ciudad
"El ambiente físico de las ciudades es muchas veces un peligro para la salud La exposición constante al contagio, al aire viciado, el agua impura, el alimento adulterado, las viviendas oscuras, malsanas y atestadas de seres humanos, son algunos de los muchos males con que se tropieza a cada paso.
"No era el propósito de Dios que los hombres vivieran hacinados en las ciudades, confinados promiscuamente en estrechos alojamientos. Al principio Dios puso a nuestros primeros padres entre las bellezas naturales en medio de las cuales quisiera que nos deleitásemos hoy. Cuanto mejor armonicemos con el plan original de Dios, más fácil nos será asegurar la salud del cuerpo, de la mente y del alma" (El Ministerio de Curación, págs. 281,282; 1905)
Una actitud indolente
"Esta madrugada no pude dormir después de las dos. Durante la visión de la noche, me veía a mi misma en una Junta. Rogaba a varias familias que aceptasen las instrucciones establecidas por Dios y saliesen de las ciudades para salvar a sus hijos. Algunas de ellas dejaban pasar el tiempo sin tomar una determinación.
"Los ángeles de la misericordia apresuraron a Lot a su esposa y a sus hijas tomándolos de las manos. Si Lot se hubiera apresurado tal como el Señor lo deseaba, su esposa no se habría convertido en una estatua de sal. Lot adolecía de un marcado V espíritu de dilación. No seamos como él era. La misma voz que amonestó a Lot a que saliese de Sodoma, nos ruega: 'Salid de en medio de ellos, y apartaos... Y no toquéis lo inmundo '(2 Cor. 6:17). Aquellos, que obedezcan esta amonestación encontrarán un refugio. Que cada hombre esté bien despierto y procure salvar su familia. Que se ciña para realizar el trabajo. Dios revelará punto por punto qué debe hacer después.
"Oíd la voz de Dios hablar por medio del apóstol Pablo: "Ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad' (Fil. 2:12,13). Lot recorrió la llanura de mala gana y con lentitud. Se había asociado durante tanto tiempo con la gente impía, que no logró comprender el peligro que corría hasta que su esposa quedó en la llanura convertida en una estatua de sal" (Mensajes Selectos, tomo 2, págs. 406,407; 1900).
Las ciudades recibirán los juicios de Dios
“Se acerca el tiempo cuando las grandes ciudades serán visitadas por los juicios de Dios. Antes de mucho, esas ciudades serán sacudidas con violencia Cualesquiera que sean las dimensiones y la solidez de los edificios, cualesquiera que sean las Precauciones tomadas contra el incendio, si el dedo de Dios toca esas casas, en algunos minutos o algunas horas quedarán reducidas a escombros.
“Las impías ciudades de nuestro mundo serán destruidas. Mediante las catástrofes que ocasionan actualmente la ruina de grandes edificios y de barrios enteros, Dios nos muestra lo que acontecerá en toda la tierra" (Joyas de los Testimonios, tomo 3. págs.114,115,; 1902).
Resultados de desoír las advertencias
"Se me pide que declare el mensaje de que las ciudades llenas de trasgresión y pecaminosas en extremo, serán destruidas por terremotos, incendios e inundaciones. Todo el mundo será advertido de que existe un Dios que hará notoria su autoridad como Dios. Sus agentes invisibles causarán destrucción, devastación y muerte. Todas las riquezas acumuladas serán como la nada...
"Acontecerán calamidades, de lo más pavorosas, de lo más inesperadas; y estas destrucciones se seguirán la una a la otra. Si se presta atención a las amonestaciones que Dios ha dado, y si las iglesias se arrepienten y regresan a la lealtad, entonces otras ciudades serán perdonadas por un tiempo. Pero si los hombres que han sido engañados continúan en el mismo camino en el cual han estado andando, sin prestar atención a la Ley de Dios y presentando falsedades ante el pueblo, Dios les permite sufrir calamidades, para que sus sentidos sean despertados...
“El Señor no desechará repentinamente a los transgresores o destruirá a naciones enteras; sino que castigará a ciudades y lugares donde los hombres se han prestado para ser poseídos por los agentes Satánicos. Las ciudades de las naciones serán tratadas estrictamente, y sin embargo, no serán visitadas con la extrema indignación de Dios, porque algunas almas renunciarán a los engaños del enemigo, y se arrepentirán y convertirán mientras que la masa estará atesorando ira para el día de la ira" (El Evangelismo, págs. 24,25; 1906)
Los juicios de Dios son inminentes
"Existen razones por las que ni deberíamos edificar en las ciudades. Sobre ellas pronto caerán los juicios de Dios” (Carta 158; 1902).
"Falta poco para que las grandes ciudades sean barridas, de manera que todos deben ser amonestados acerca de la inminencia de estas calamidades" (El Evangelismo, pág. 26: / 1910).
"¡Oh, si el pueblo de Dios comprendiera la sentencia de destrucción que pende sobre millares de ciudades, entregadas ahora a la idolatría!” (Review and Herald, 10 de septiembre de 1903).
La visión de una gran destrucción
"En la mañana del viernes pasado, justamente antes de despertarse me presentó una escena sumamente impresionante. Tuve la sensación de que despertaba del sueño en un lugar que no era mi casa. Desde las ventanas veía una terrible conflagración grandes bolas de fuego caían sobre las casas, y de ellas salían dardos encendidos que volaban en todas las direcciones. Era imposible apagar los incendios que se producían y muchos lugares estaban siendo destruidos. El terror de la gente era indescriptible" (El Evangelismo, págs. 25,26; 1906).
Dios procura despertar la gente
Estando en Loma Linda, California, el 16 de abril de 1906. pasó delante de mí una de las más asombrosas escenas, en una visión de la noche, yo estaba sobre una altura donde veía las casas sacudirse como el viento sacude los juncos. Los edificios, grandes y pequeños, se derrumbaban. Los sitios de recreo, los teatros, hoteles, y palacios suntuosos eran conmovidos y derribados. Muchas vidas eran destruidas y los lamentos de los heridos y aterrorizados llenaban el espacio.
"Los ángeles destructores, enviados por Dios, estaban obrando. Un simple toque, y los edificios construidos tan sólidamente que los hombres los tenían por resguardos de todo peligro quedaban reducidos a un montón de escombros. Ninguna seguridad había en parte alguna Personalmente, no me sentía en peligro, pero no puedo describir las escenas terribles que se desarrollaron ante mi vista Era como si la paciencia de Dios hubiera agotado y hubiese llegado el día del juicio.
"Entonces el ángel que estaba a mi lado me dijo que muy pocas personas se dan cuenta de la maldad que reina en el mundo hoy, especialmente en las ciudades grandes. Declaró que el Señor ha fijado un tiempo cuando su ira castigará a los transgresores por su persistente menoscabo de su Ley.
"Aunque terrible, la escena que pasó ante mis ojos no me hizo tanta impresión como las instrucciones que recibí en esa ocasión. El ángel que estaba a mi lado declaró que la soberanía de Dios, el carácter Sagrado de su Ley, deben ser manifestados a los que rehúsan obstinadamente obedecer al Rey de Reyes. Los que prefieran quedar infieles habrán de ser heridos por los juicios misericordiosos, a fin de que, si posible fuere, lleguen a percatarse de la culpabilidad de su conducta" (Joyas de los Testimonios, tomo 3, págs. 329,330; 1909).
El peligro de permanecer innecesariamente en las ciudades
'En armonía con la luz que me fue dada, insto a la gente a salir de los grandes centros poblados. La perversidad de nuestras ciudades aumenta, y cada vez resulta más evidente que los que permanezcan innecesariamente en ellas correrán el peligro de perder sus almas" (Manuscrito 115; 1907)
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Los peligros de la ciudad
"Pocos comprenden la importancia que tiene el rehuir, hasta donde sea posible, de todas las compañías que no favorecen la vida religiosa, Al elegir su ambiente, pocos son los que dan la primera consideración a la prosperidad espiritual.
"Los padres acuden con sus familias a las ciudades, por que se imaginan que allí es más fácil ganarse la vida que en el campo. Los hijos, no teniendo qué hacer cuando no están en la escuela, se educan en la calle. De las malas compañías adquieren hábitos de vicio y disipación. Los padres ven todo esto, pero la corrección de su error requeriría un sacrificio y permanecen donde están, hasta que Satanás obtiene completo dominio de sus hijos. Mejor es sacrificar cualesquiera consideraciones mundanales, o aún todas ellas, antes que poner en peligro las almas preciosas confiadas a vuestro cuidado. Serán asaltadas por tentaciones, y se les debe enseñar a arrostrarlas; pero es vuestro deber suprimir toda influencia, romper todo hábito, cortar todo vínculo que os impidan realizar la entrega más libre, abierta y cordial de vosotros mismos y vuestras familias a Dios.
"En vez de la ciudad atestada, buscad algún lugar apartado, donde vuestros hijos estén, hasta donde se pueda, protegidos de la tentación, y allí educadlos para ser útiles. El Profeta Ezequiel enumera así las causas que condujeron al pecado y la destrucción de Sodoma: Soberbia, saciedad de pan, y abundancia de ociosidad tu vieron ella y sus hijas; y no fortaleció la mano del afligido y del menesteroso' (Eze. 16:49). Todos los que quieran escapar a la suerte de Sodoma, deben rehuir la conducta que trajo los juicios de Dios sobre aquella ciudad perversa" (Joyas de los Testimonios, tomo 2, pág. 74; 1882)
La vida en las ciudades no cumple el propósito de Dios
"En el mundo entero, las ciudades se vuelven semilleros del vicio. Por doquiera se ve y se oye el mal. En todas partes se encuentran incentivos a la sensualidad y a la disipación. La marea de la corrupción y del crimen sube de continuo. Cada día se registran actos de violencia: robos, asesinatos, suicidios y crímenes indecibles.
'La vida en las ciudades es falsa y artificial. La intensa pasión por el dinero, el torbellino y el afán de los placeres, la fiebre de ostentación, el lujo y la prodigalidad son otras tantas fuerzas que impiden a la mayoría de la humanidad que cumpla el verdadero fin de la vida. Abren la puerta a una infinidad de males y ejercen sobre la juventud un poder casi irresistible.
"Una de las tentaciones más sutiles y peligrosas que asaltan a los niños y a los jóvenes en las ciudades es el afán de placeres. Muchos son los días de fiesta; los juegos y las carreras de caballos arrastran a miles, y el torbellino de las excitaciones y del placer los distraen de los austeros deberes de la vida. El dinero que debiera ahorrarse para mejores fines se desperdicia en diversiones.
"Debido a la actuación de compañías monopolizadoras y a los resultados de las confederaciones obreras y las huelgas, las condiciones de la vida en las ciudades se hacen cada vez más difíciles. Graves disturbios nos aguardan, y muchas familias se verán en la necesidad de abandonar la ciudad
"El ambiente físico de las ciudades es muchas veces un peligro para la salud La exposición constante al contagio, al aire viciado, el agua impura, el alimento adulterado, las viviendas oscuras, malsanas y atestadas de seres humanos, son algunos de los muchos males con que se tropieza a cada paso.
"No era el propósito de Dios que los hombres vivieran hacinados en las ciudades, confinados promiscuamente en estrechos alojamientos. Al principio Dios puso a nuestros primeros padres entre las bellezas naturales en medio de las cuales quisiera que nos deleitásemos hoy. Cuanto mejor armonicemos con el plan original de Dios, más fácil nos será asegurar la salud del cuerpo, de la mente y del alma" (El Ministerio de Curación, págs. 281,282; 1905)
Una actitud indolente
"Esta madrugada no pude dormir después de las dos. Durante la visión de la noche, me veía a mi misma en una Junta. Rogaba a varias familias que aceptasen las instrucciones establecidas por Dios y saliesen de las ciudades para salvar a sus hijos. Algunas de ellas dejaban pasar el tiempo sin tomar una determinación.
"Los ángeles de la misericordia apresuraron a Lot a su esposa y a sus hijas tomándolos de las manos. Si Lot se hubiera apresurado tal como el Señor lo deseaba, su esposa no se habría convertido en una estatua de sal. Lot adolecía de un marcado V espíritu de dilación. No seamos como él era. La misma voz que amonestó a Lot a que saliese de Sodoma, nos ruega: 'Salid de en medio de ellos, y apartaos... Y no toquéis lo inmundo '(2 Cor. 6:17). Aquellos, que obedezcan esta amonestación encontrarán un refugio. Que cada hombre esté bien despierto y procure salvar su familia. Que se ciña para realizar el trabajo. Dios revelará punto por punto qué debe hacer después.
"Oíd la voz de Dios hablar por medio del apóstol Pablo: "Ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad' (Fil. 2:12,13). Lot recorrió la llanura de mala gana y con lentitud. Se había asociado durante tanto tiempo con la gente impía, que no logró comprender el peligro que corría hasta que su esposa quedó en la llanura convertida en una estatua de sal" (Mensajes Selectos, tomo 2, págs. 406,407; 1900).
Las ciudades recibirán los juicios de Dios
“Se acerca el tiempo cuando las grandes ciudades serán visitadas por los juicios de Dios. Antes de mucho, esas ciudades serán sacudidas con violencia Cualesquiera que sean las dimensiones y la solidez de los edificios, cualesquiera que sean las Precauciones tomadas contra el incendio, si el dedo de Dios toca esas casas, en algunos minutos o algunas horas quedarán reducidas a escombros.
“Las impías ciudades de nuestro mundo serán destruidas. Mediante las catástrofes que ocasionan actualmente la ruina de grandes edificios y de barrios enteros, Dios nos muestra lo que acontecerá en toda la tierra" (Joyas de los Testimonios, tomo 3. págs.114,115,; 1902).
Resultados de desoír las advertencias
"Se me pide que declare el mensaje de que las ciudades llenas de trasgresión y pecaminosas en extremo, serán destruidas por terremotos, incendios e inundaciones. Todo el mundo será advertido de que existe un Dios que hará notoria su autoridad como Dios. Sus agentes invisibles causarán destrucción, devastación y muerte. Todas las riquezas acumuladas serán como la nada...
"Acontecerán calamidades, de lo más pavorosas, de lo más inesperadas; y estas destrucciones se seguirán la una a la otra. Si se presta atención a las amonestaciones que Dios ha dado, y si las iglesias se arrepienten y regresan a la lealtad, entonces otras ciudades serán perdonadas por un tiempo. Pero si los hombres que han sido engañados continúan en el mismo camino en el cual han estado andando, sin prestar atención a la Ley de Dios y presentando falsedades ante el pueblo, Dios les permite sufrir calamidades, para que sus sentidos sean despertados...
“El Señor no desechará repentinamente a los transgresores o destruirá a naciones enteras; sino que castigará a ciudades y lugares donde los hombres se han prestado para ser poseídos por los agentes Satánicos. Las ciudades de las naciones serán tratadas estrictamente, y sin embargo, no serán visitadas con la extrema indignación de Dios, porque algunas almas renunciarán a los engaños del enemigo, y se arrepentirán y convertirán mientras que la masa estará atesorando ira para el día de la ira" (El Evangelismo, págs. 24,25; 1906)
Los juicios de Dios son inminentes
"Existen razones por las que ni deberíamos edificar en las ciudades. Sobre ellas pronto caerán los juicios de Dios” (Carta 158; 1902).
"Falta poco para que las grandes ciudades sean barridas, de manera que todos deben ser amonestados acerca de la inminencia de estas calamidades" (El Evangelismo, pág. 26: / 1910).
"¡Oh, si el pueblo de Dios comprendiera la sentencia de destrucción que pende sobre millares de ciudades, entregadas ahora a la idolatría!” (Review and Herald, 10 de septiembre de 1903).
La visión de una gran destrucción
"En la mañana del viernes pasado, justamente antes de despertarse me presentó una escena sumamente impresionante. Tuve la sensación de que despertaba del sueño en un lugar que no era mi casa. Desde las ventanas veía una terrible conflagración grandes bolas de fuego caían sobre las casas, y de ellas salían dardos encendidos que volaban en todas las direcciones. Era imposible apagar los incendios que se producían y muchos lugares estaban siendo destruidos. El terror de la gente era indescriptible" (El Evangelismo, págs. 25,26; 1906).
Dios procura despertar la gente
Estando en Loma Linda, California, el 16 de abril de 1906. pasó delante de mí una de las más asombrosas escenas, en una visión de la noche, yo estaba sobre una altura donde veía las casas sacudirse como el viento sacude los juncos. Los edificios, grandes y pequeños, se derrumbaban. Los sitios de recreo, los teatros, hoteles, y palacios suntuosos eran conmovidos y derribados. Muchas vidas eran destruidas y los lamentos de los heridos y aterrorizados llenaban el espacio.
"Los ángeles destructores, enviados por Dios, estaban obrando. Un simple toque, y los edificios construidos tan sólidamente que los hombres los tenían por resguardos de todo peligro quedaban reducidos a un montón de escombros. Ninguna seguridad había en parte alguna Personalmente, no me sentía en peligro, pero no puedo describir las escenas terribles que se desarrollaron ante mi vista Era como si la paciencia de Dios hubiera agotado y hubiese llegado el día del juicio.
"Entonces el ángel que estaba a mi lado me dijo que muy pocas personas se dan cuenta de la maldad que reina en el mundo hoy, especialmente en las ciudades grandes. Declaró que el Señor ha fijado un tiempo cuando su ira castigará a los transgresores por su persistente menoscabo de su Ley.
"Aunque terrible, la escena que pasó ante mis ojos no me hizo tanta impresión como las instrucciones que recibí en esa ocasión. El ángel que estaba a mi lado declaró que la soberanía de Dios, el carácter Sagrado de su Ley, deben ser manifestados a los que rehúsan obstinadamente obedecer al Rey de Reyes. Los que prefieran quedar infieles habrán de ser heridos por los juicios misericordiosos, a fin de que, si posible fuere, lleguen a percatarse de la culpabilidad de su conducta" (Joyas de los Testimonios, tomo 3, págs. 329,330; 1909).
El peligro de permanecer innecesariamente en las ciudades
'En armonía con la luz que me fue dada, insto a la gente a salir de los grandes centros poblados. La perversidad de nuestras ciudades aumenta, y cada vez resulta más evidente que los que permanezcan innecesariamente en ellas correrán el peligro de perder sus almas" (Manuscrito 115; 1907)
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Que importante es este tema... mas aun por que se nos viene el fin de todo.
ResponderBorrarAL LEER ESTE ARTICULO MI ALMA TIEMBLA,I SOLO PIDO A DIOS QUE TENGA MISERICORDIA DE SU REMANEBTE,DE LOS QUE POR IGNORAR LA PALABRA,VIVEN EN LA OSCURIDAD QUE NOS QUEDA,SI VERDADERAMENTE TE HA TOCADO ESTE TEMA ORA,I AYUNA POR TU ALMA I POR LOS TUYOS,I PREDIQUEMOS A TIEMPO I FUERA DE TIEMPO,DESPIERTATE TU QUE DUERMES,NOS DICE EL SEÑOR.
ResponderBorrarNo es ánimo de molestar pero...así cualquiera es profeta. Parece que todo la que hay que hacer es hablar de hambre, terremotos, tragedias, abusos y poner la palabra "dios" al final. La Sra. White no distaba mucho de Nostradamus, de Malaquías y de cuanto "profeta" hay por ahí. ¿ Por qué no dice algo concreto?, porque terremotos, calamidades y desgracias han habido siempre (y las seguirán habiendo). También he notado que varias de sus "profecías" son condicionales, pero una profecía condicional NO es una profecía. Una profecía se cumple sí ó sí, pues si no...¿cómo haría un profeta para no ser confundido con un falso profeta?. La Sra. White puede haber tenido toda la buena volunted del mundo pero la realidad es que era una mujer enferma. Que conste que no estoy dudando de su sinceridad, si no de su equilibrio mental. Era una persona enferma y los dirigentes del Adventismo lo saben.
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